Se entiende por Culminación el paso de cualquier astro por el
meridiano del lugar. En el
movimiento diurno es el instante cuando el
astro adquiere su máxima
altura sobre el
horizonte del observador. En el caso de los astros errantes (la
Luna, el
Sol, etc.), como no recorren exactamente un
paralelo celeste, no adquieren, en general, su máxima
altura al pasar por el
meridiano. Así, por ejemplo, el
Sol, en las proximidades del
equinoccio de otoño (de primavera en el
hemisferio norte), a la
latitud de 35º S, alcanza su máxima
altura unos diez segundos
antes de su culminación, en tanto que al comenzar la primavera, 23 de septiembre, esto se produce unos 10 segundos
después. A la
latitud de 89º S, el momento de la culminación del
Sol en aquellas fechas se produce, aproximadamente, unos 15 minutos antes o después de su paso por el
meridiano del lugar.